1. La historia de Anita 5


    Fecha: 26/05/2023, Categorías: Primera Vez Tus Relatos Autor: Avion, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... fin se corre la niña deja de llorar.
    
    Mira su huequito lleno de medicina y nos sonríe.
    
    – Gracias. Dice y mi amigo y yo la vemos sorprendo.
    
    -¿ porque muñequita?. Pregunto.
    
    – Porque me curaron, ahora puedo quedarme en esta casa y no tener mas frío, voy a comer y dormir en una cama. Dice con sus ojitos rojos.
    
    – Si, pero aún no estás curada, tienes que recibir la medicina varias veces al día, ahora es mi turno. Digo ubicandome en su entradita.
    
    Ella cierra sus ojitos y me dejó ir. Esta tan apretada que duele un poco. Mi pene es más ancho lo que hace que me sea difícil entrar.
    
    – Ay!. Se queja pero no se mueve.
    
    – Eso es, ya estoy dentro. Digo y ella medio sonríe. Es tan increíble que por fin estoy con una nena tan pequeña.
    
    – Voy a moverme. Le digo y comeizo a entrar y salir de ella. En cada empuje  intento llegar más lejos. Es maravilloso. Sus paredes me aprietan.
    
    -¿ Esta rica verdad?. Pregunta mi compañero y afirmo con la cabeza.
    
    – La vagina más rica que me he comido. Dice él.
    
    Empujo más fuerte y veo que ya llege un poco más lejos que mi colega. Anita llora en silencio y eso me genera mucho morbo.
    
    La penetro más fuerte hasta que dejó mi semen en su interior. Me salgo y ella está dormida o desmayada, no lo sé.
    
    – ¿ Probamos ese culito?. Pregunta mi amigo.
    
    Afirmo con la cabeza y volteo a Anita. Comienzo con la dilatación. Con mi dedo meñique, luego el anular y por ultimo agrego el medio .
    
    -Se ve tan rico ese culito dice mi amigo. Busco ...
    ... el lubricante y un poco de anestesia local en crema.
    
    Con cuidado me ubico, pongo mi brazo rodeado su cintura, así si despierta y quiera escapar la detengo. Empujo y no logró entrar. Empujo de nuevo y su huequito no quiere dejarme entrar.
    
    – Dale con fuerza. Dice mi amigo. Me ubico de nuevo y empujó mis dareras con fuerza. Tal y como dijo mi amigo entre con dificultad. Escuche los sollozos de la bebé y sonreí.
    
    – Tranquila muñeca, estoy curando tu otro huequito. Digo y ella vuelve a sollozar en silencio. Espero que su huequito se dilate y comienzo a empujar más dentro. Por lo que he leído por el culito si puede entrar un pene sin importar el tamaño. Continuo por más de media hora y por din mis bolas tocan sus glúteos.
    
    Sonrío victorioso. Esta niña pudo albergar mi verga completa. Comenzó a moverse sin salir. Las penetraciones van aumentando a media que siento que ella se va relajando. Veo a mi amigo de nuevo listo y sonrio. Me acomodo y nos doy la vuelta. Su espalda sobre mi pecho con las piernas abiertas mostrando su huequito rojo y aun con rastros de sangre y semen.
    
    Él me mira sonriendo y se ubica. Sabia que ese desgraciado podía leer mis pensamientos. Se ubica en la entrada de la niña y empuja. El grito de la niña nos deja asustado. Veo como mi amigo no fue suave y de una sola estocada metido toda su verga.
    
    – Ambos mirando sorprendidos como esa nena ahora desmayada esta ensartada por dos vergas grandes y gruesas. Nunca pensé que podríamos hacerle una doble ...