La rutina de una infiel - Relatos Eróticos

La rutina de una infiel

Soy casada y por cubrir ciertas necesidades he sido infiel a mi esposo, en lo material y amoroso que es mi hogar no me quejo. Ante los ojos de la familia, mis hijos y amigos somos muy felices pero en la intimidad yo siempre he sido desatendida. No se porque mi esposo dejó de complacerme, hemos discutido siempre de eso y estoy casi segura que el se hace de la vista gorda cuando estoy poniéndole con algún amigo. Aunque siempre me cuestiona el porque mi tardanza para hacer alguna compra o porque mis salidas repentinas, etc.
Lo que deseo contarles es solo una de mis aventuras y lo que tengo que pasar para poder satisfacerme en lo sexual.
Al paso del tiempo siempre me ha apoyado mi hermana, alguna que otra amiga; que para variar también sufren de ser mal cogidas y por ello entre nosotras nos ayudamos y cubrimos para no ser descubiertas.
Aunque soy originaria del bajío ya tiene unos pocos años que radicamos  en un fraccionamiento muy exclusivo en Boca del Río por el trabajo de mi esposo. El como siempre estuvo ocupado para poder darse cuenta de mis necesidades.
Al principio batalle mucho para poder encontrar a alguien de confianza ya que a mi anterior amante lo tuve que dejare en Tamaulipas donde originalmente radicábamos.
Con el fin de poder tener coartadas para salir de casa sin que nadie sospechara tome un diplomado de belleza y gracias a el pude conocer gente y así hacer nuevas amistades.
Mi compañera y amiga Osiris una señora un poco más joven que yo , yo ando en los ...

... cuarenta y tantos; se convirtio en mi confidente y gracias a ella pude conocer a algunos amigos de entre los cuales seleccione a Darío con el cual pude cubrir nuevamente mis necesidades.
En el aspecto físico no les voy cuentear de que tengo cuerpo exuberante ni que mi amigo tiene herramienta descomunal... nada de eso!!.. somos personas normales con defectos físicos y longitas pero no por eso se nos prohibe gozar como locos el sexo.
Mi nuevo amante tiene para mi su herramienta de tamaño perfecta, eso si más gruesa y larga que mi esposo. motivo por el cual anduve muy volada con él durante muchas semanas, obvio ayudados por mi amiga Osiris, ya que ella servía de alcahueta par poder yo se atendida como una mujer se merece.
Mi esposo es buen hombre pero de tan bueno que es tiene miedo de lastimarme en la cama, desde que yo recuerdo siempre lo hacía delicadamente yen un principio pensé que así debía ser, hasta que probé el fruto prohibido de la infidelidad por primera vez con uno de los jardineros que teníamos en casa cada semana para arreglar el jardín que teníamos en la otra casa. debido a que empezabamos a tener problemas mi esposo y yo, estuve esa mañana en casa sola después de dejar a mis hijos en la escuela, y me solté a llorar mi desventura de no ser atendida en la cama como la hembra dispuesta que siempre he sido. Sin darme cuenta estaba viéndome por la ventana José el jardinero diciendo que necesitaba la herramienta nueva que mi esposo había quedado  de comprar. Secándome ...