1. Mi maquina de sexo y yo


    Fecha: 30/04/2023, Categorías: Masturbación Tus Relatos Autor: Renato, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Estrené mi nuevo apartamento justo antes de la larga cuarentena. Estaba casi vacío, pero tenía aun algunas cosas que el dueño o dueña anterior no retiraron. Indagué por esas cosas, sin respuesta. Y al comenzar el largo aislamiento no me preocupé. Llegó la noche y me acosté en la cama del cuarto de ropas mientras llegaba mi propia cama y otros enseres. Al acostarme noté un artefacto con una capa de protección. Al quitarle la capa para moverlo me sorprendí a ver que se trataba de una “fucking machine”. Con su motor, su brazo y demás aditamentos. Lo dejé un rato pensando que hacer. Lo resolvería al día siguiente. Además, estaba cansado del trasteo. Pero en plena noche un cosquilleo lujurioso me despertó. Sentí como si ese aparato me estuviese llamando. Me paré y vi las instrucciones, y muy nervioso y además calentorro, encontré un grande y grueso dildo en forma de verga, tan perfecto que simulaba hasta las venas. Encontré lubricante y lo embarduné. Al intentar conectarlo vi con desilusión que no funcionaba. ¿Algún desperfecto? ¿Por eso lo dejaron ahí arrumado? Apagué la luz y me acosté nuevamente. No sé cuánto tiempo transcurrió. Como sea, desperté al escuchar un susurro. Al poco me di cuenta, la máquina estaba encendida. ¿Se arregló sola o era de encendido retardado? Mi parte fantasiosa y lujuriosa se dejó llevar por otra opción …. La máquina quiere algo. Tomé nervioso el control, y al oprimir un botón, la escuché avanzar hacia la cama. Nervioso, me quité mis panties y me puse ...
    ... crema en mi ano. Otra vez el comando, y sentí la gorda punta del dildo contra mi entrada del agujero. La máquina vibraba con más intensidad …. O eso me parecía. Subí la pierna, y la gorda punta comenzó a entrar. Di un gemido, cuando se abrió paso en el anillo del ano, y entró triunfante. Poco a poco el dildo fue conquistando mi gruta. A pesar de su tamaño, el lubricante hizo lo suyo. Aceleré un poco la velocidad, y el dildo comenzó a entrar y salir poco a poco, pero aún no en toda su longitud. Cerré los ojos y disfruté un buen rato de ese masaje anal, suave. Con cada entrada la máquina parecía ronronear. Mi fantasia y lujuria me hicieron pensar que el artefacto disfrutaba su labor. ¿Por qué se prendió sola? Para mi sorpresa, sentí que la máquina avanzaba. ¿O oprimí otro botón? El caso es que ahora el dildo entraba casi todo. Me moví un poco hacia atrás, y sentí las bolas tocar una de mis nalgas. Yo ya jadeaba de placer. Mi pierna seguía levantada. La máquina sonaba más rápida, y la verga entraba y salía más profundamente. Mi pobre gruta no podía hacer más que recibir esa masiva intrusión. Yo seguía jadeando al ritmo de cada empuje. De vez en cuando me sobaba la pija. No sé cuánto tiempo más tuve en esa posición. Entonces me puse boca arriba, con el trasero al nivel del dildo, con las piernas bien abiertas hacia atrás y hacia arriba. La máquina ronroneaba empujando el brazo el dildo el cual ya entraba a sus anchas. Cada penetración sonaba deliciosa y lujuriosamente, sonido que ...
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