1. En los vestuarios


    Fecha: 22/09/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    En los vestuarios
    
    Me llamo Juan y tengo 18 años. Desde hace algún tiempo sé que me gustan los chicos, especialmente los jóvenes como yo. Me gusta un grupo en particular, los no muy fuertes y con calcetines blancos, y esto ocurrió de verdad un día de verano.
    
    Mientras yo salía de la piscina camino de los vestuarios, sin yo saberlo, entraba el grupo de fútbol juveniles. Los vestuarios están compartidos, son propiedad de la piscina pero los usan los jugadores de fútbol mientras están en obras los suyos. Los vestuarios están divididos en 3 partes, la zona de duchas, donde hay 12 duchas todas juntas sin separación y 3 duchas individuales, luego está la zona de los baños y por último las taquillas y los bancos.
    
    El caso es que yo entraba junto con otro chico, Cristian, que llevaba sin ver algún tiempo y que había desarrollado una musculatura buenísima, como ya se veía venir. Él tenía 19 años y su piel era tersa, suave y levemente bronceada. Tenía unos pectorales marcados, pero no exagerados, con un vientre plano sin llegar a ser muy musculado. Era el cuerpo perfecto para mí. Mientras él se empezaba a duchar, yo hacía lo propio y mis impulsos no se pudieron reprimir:
    
    - Luego te esperas que te quiero decir una cosa que he oído de ti.
    
    - Vale.
    
    Mientras la gente se iba yendo, incluídos los del equipo de fútbol, mi polla se iba poniendo dura. Lo de los chicos del fútbol había sido todo un espectáculo: Chicos de 18 años paseando pollas y sudados torsos. Había de todo, ...
    ... chicos que no se querían desvestir y que con todo su sudor y sus camisetas pegadas a sus cuerpos y culo hacían que todo su cuerpo fuera un regalo para la vista, sudado y marcando esos músculos, y chicos sin vergüenza alguna que enseñaban sus pollas y sus abdominales mojados y enjabonados. Por supuesto allí estaba el típico salido sin vergüenza que se la cascaba delante de todos sin pudor. Yo no lo pude soportar y me tuve que ir a una ducha individual.
    
    Cuando todos se hubieron ido y ya no oí más ruido, salí y allí seguía Cristian. Yo llegué por detrás sin que se diera cuenta y me arrodillé delante de su espectacular culo. Y entonces le dije:
    
    - ¿Sabes lo que he oído? Que este precioso culito ya no es virgen.
    
    Entonces sin pensármelo le di un lametazo con toda mi lengua. Él seguía sin inmutarse, desde un principio sabía lo que yo quería y yo sabía que él no se iba a resistir a mi cuerpo de tenista profesional. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y estoy seguro de que el suyo también. Me levanté y con toda mi mano comencé a sobar aquella preciosidad de culo. Él se giró y se me quedó mirando fijamente.
    
    - También he oído que esta boquita de piñón es más grande de lo que parece.
    
    Mi acción mientras decía esto fue la de meterle un dedo entre sus dulces labios. Cristian lo chupó como si de un chupa-chups se tratara y yo lo saqué. Su reacción estaba tardando mucho, pensaba yo. Entonces me empujó contra la pared y debajo del agua caliente de la ducha donde había estado el ...
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