El collar de mi esposa I - Relatos Eróticos

El collar de mi esposa I

Ya estaba arto, llevaba cuatro meses que mi esposa había decidido mudarse con su y yo por ella y por nuestra hija la había seguido. A la entrada de esa casa estaba colocado un sofá grande, creo era la parte más alejada de las habitaciones ahí estaba sentada ella hablándome de cosas y problemas de su trabajo como siempre, hacía tiempo que no se acordaba de mi si no era para que le ayudará con algo.  Era sierto que estaba viviendo una situación dificil pero también nunca quería escuchar consejos incluso aunque llegará al clásico "te lo dije". Me coloque sobre ella  colocando mis rodillas a los costados de sus muslos quedando frente a ella, me acerque y le di un par de besos intensos, los cuales contestó sin mucho afán, me quito a un lado con su brazo empujándome suave, me quedé sentado a su lado y trate de seguirla besando a lo que ella reuyo rápidamente luego metí mi mano por debajo de su pijama y empecé a  sobar su sexo delicadamente, me saco la mano   y con una expresión de desden la alejo de ella. Sentí una rabia que recorrió mi cuerpo en ese momento me sentí arto, arto de ser el marido buena onda que todo lo entiende, que siempre espera que siempre respeta. Me coloque nuevamente sobre ella y en cuanto intento quitarme le tome la mano y con fuerza la baje y la sujete a su costado y comense a hablar.  - ya me tienes arto, ya estoy hasta la madre, pero ya se te acabó el esposo buena onda y comprensivo, eres mía, tu te entregaste sabiendo todo de mi, así que hasta aqui-

Lo ...

... había encontrado ese mismo día, parecía el destino era un collar discreto de metal, fantasía de oro con una argolla en forma de corazón y enmedio de esta una sigla, era un hermosa f en manuscrita, muy hermosa, no podía creerlo, mi inicial, tenia mi inicial. Había ido con un cerrajero ya que tenía una pequeña chapa pero no tenía la llave, lo repararon y sacaron una llave. 
Jale mi mochila y  metí la mano en ella buscando el collar, lo encontré rápidamente y sin permitir que ella lo viera lo abrí y coloque alrededor de su cuello, sin pensarlo mucho  lo cerré hasta que escuche un click provocado por la cerradura, mi esposa me empujó con mucha más fuerza quitándome de encima y parándose de un salto de inmediato se llevó las manos al cuello y empezó a repetir - no inventes, no inventes no, no, no, no, quitamelo, haber quiero ver bien que es?- 
Repetía mientras le daba tirones y lo tocaba por todas partes. -es un collar como el que llegue a ponerte cuando jugábamos, símbolo de que soy tu dueño- le dije mientras me levantaba y sacaba el celular para tomarle fotos. Se las mostré y ella no dejaba d repetir,  -no, es que no inventes osea no puedomi papa-
Respondí -calmate si no es que traigas un collar de perra, párese una gargantilla y está bonito, además no te lo voy a quitar ahas lo que sigas, quiero que ahora sí recuerdes tu posición, ya estoy arto de que me ignores-. Bueno a me voy a dormir- dije mientras subía las escaleras, la mire y ella se quedó ahí al fondo de la casa con ...