1. Adoradoras de la zoofilia


    Fecha: 16/03/2023, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Sophia, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... no estaba de  acuerdo porque  yo ya había hecho eso con mi novio y había sido una mala experiencia que  nunca podría olvidar. 
    
    Seguimos platicando, o más bien yo seguí,  por mucho rato pero casi no había diálogo, era todo un monólogo porque  ella solo me respondía con frases cortas nada más.  Eso me estaba poniendo muy irritable, porque  pensé que  me estaba juzgando.  Llegó un momento en que  ya no tenía nada qué hablar, entonces le pregunté  qué pensaba de todo eso.  De momento no me dijo nada, se  quedó pensando y luego me preguntó si estaba segura de lo que   decía, que  eso era un asunto muy delicado del que  no se podía hablar con nadie,  que  tenía que ser muy discreta y que  no se valía que  me arrepintiera. 
    
    Me sentía abochornada, por todo lo que había expuesto, sin tener demasiado claro si mi amiga lo había practicado. Le dije que  aceptaba todas esas condiciones, y hasta altura de la conversación  no me atrevía a preguntárselo.  
    
    Después de un rato  sacó su laptop y me dijo que   me acercara a ver la pantalla.  Nos sentamos en la cama y abrió un archivo que  contenía una barbaridad de películas de animales teniendo sexo con mujeres; había caballos, burros y otros animales, pero predominaban los perros.  Me dejó hipnotizada, no podía creer lo que   estaba viendo.  Con la plática y las películas yo estaba completamente mojada, tenía las pantaletas empapadas, y ella lo notó porque  olía horrores....  
    
    	¿Quieres que llame a Olaf” -me preguntó mirándome a ...
    ... los ojos, con una cierta sonrisa pecaminosa.
    
    	“Si, como quieras” conteste algo timorata, sin poder evitar que  la cara se me pusiera roja de vergüenza-
     
    Déjenme aclarar que  su perro se llama Olaf y es un pastor alemán precioso, enorme y muy bravo.  Sin embargo, a mí ya no me ladra porque  frecuento mucho su casa y ya me conoce, pero no dejo de mantenerle cierto respeto.
    Lo llamó a gritos y el perro entró a la recámara como tromba, jadeando y jugueteando con ella, le dijo que   se sentara y estuviera quieto, lo cual el perro obedeció al instante.  Luego lo empezó a acariciar e hizo que se acostara, y me hizo señas de que  me acercara.  
    El perro permanecía inmóvil, con el hocico entreabierto como si sonriera, sin dejarlo de acariciar, la mano de Erika tomó su pene que  aún permanecía dentro de su funda y lo empezó a menear hacia arriba y hacia abajo, una y otra vez hasta que  de pronto, con las caricias, el pene del perro salió de su funda.   
    
    Estaba húmedo, casi chorreante, con un abultamiento en la parte media que lo hacía ver monstruoso, era rojizo color sangre y multitud de venas cubrían su superficie, pero lo que  más me llamó la atención era el nudo de carne que  tenía junto a los testículos y ya había visto en las películas cómo se les atoraba en la vagina a las mujeres durante el coito.  
    
    Ella me invito a que se la acariciara, pero no me atreví a hacerlo, hasta que  me tomó la mano y me obligó a tocarlo.  A pesar de que  la apariencia del miembro del perro ...
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