1. Entre-acto: Moribunda


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: No Consentido Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía la entrada en una rotonda, aparqué junto a la cafetería, poca gente, y sorpresa, el catalán estaba sentado en una mesa leyendo un periódico y dos tazas de café vacías, desde dentro me hizo un gesto con la mano.
    
    Después de dejar todo en la habitación fuimos a la delegación, el pájaro se sorprendió y reprendió, dijo que la reunión era el martes, que si no sabíamos comprender las órdenes, el catalán me miró, yo hice un gesto de negación, supe que habría problemas.
    
    Aquel viaje de trabajo tuvo su importancia, no en el aspecto comercial ya que el delegado de zona, se comportó como es, un cretino integral, estuve dos semanas en Logroño y el muy, bueno, aunque en el fondo me daba lo mismo, después del choque del lunes, como resultado me envío a la capital alavesa, él no sabía que yo conocía Vitoria, guardo muchos buenos recuerdos y sobre todo de una mujer, como no, pero no, no me voy a dejar que su terrible recuerdo me haga salirme de la autopista, la que va de Logroño a Vitoria, que en aquel tiempo no estaba totalmente terminada, y en media hora más o menos llegaba al polígono Jundiz, allí tuvo su domicilio la empresa para la que trabajé durante tres años, como muchas cerró.
    
    Ese pobre hombre nos vigilaba, éramos cuatro comerciales trasladados de otras delegaciones, el pobrecillo a las ocho de la mañana se emboscaba en la cafetería para controlar a qué hora empezábamos a trabajar, le ignoré de una forma que le jodía y ese primer día de mi llegada, ya no volvió a ...
    ... dirigirme la palabra, los otros dijeron que buena estrategia, ellos tuvieron que aguantar sus tonterías y con este fondo, que por cierto si fue la causa de preocupación cuando el lunes, llegara a mi delegación de Madrid, el jefe de zona me tiraría de las orejas, no por mi mal comportamiento…, humano, sino por no haber echado mano de la inteligencia, algo que me falta.
    
    Todo empezó ese sábado que volvía a casa, madrugué mucho, a las ocho estaba en Vitoria, el día anterior seleccioné las visitas, todas muy cercanas pero en diferentes calles y en diferentes polígonos, y como ese no sabe de la misa ni media, tragó, se lo tragó atravesado.
    
    Ese viaje además tuvo algo que nunca más pude ver, un B-52H Norteamericano en vuelo, no iba muy alto, me dije que era buena señal y seguí tranquilo, no pasé de 110, no tenía prisa, pensaba comer en Soria y después a casa, hora estimada de llegada las 18 horas más o menos, sin embargo, las hilanderas no estaban de acuerdo, tejían mi destino sin yo saberlo.
    
    Hablo de hilanderas debido a mis ancestros, esa tribu vivía en las orillas del Báltico, y terminaron en el noroeste de la península, el pueblo Suevo, el origen de mi apellido es de esas lejanas tierras heladas, y ellos hablan de las hilanderas, yo pienso que somos nosotros mismos con nuestros actos, nada más.
    
    El día era soleado con nubes de evolución, pero si vi algunos cúmulos, y todo se iba cumpliendo sin problemas, hice es alto para comer y volver a llenar el depósito y de nuevo volví a ...
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