1. Entre la espada y la pared


    Fecha: 15/02/2023, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: Artur, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Siempre fui aficionado a los relatos eróticos, hice cuánto pude en el transporte público (manoseos, arrimones) hasta antes de que todo fuera penado y sancionado en la CDMX, además del voyeurismo, exhibicionismo. 
    
    Estoy separado de mi mujer y ella se quedó a mi hija que llamaremos Sam, ella cursa la secundaria, más exactos en 3° próxima a ir a la prepa. 
    Hace unos meses mi hija me pidió mi celular para pedir unos apuntes y tareas, pero que tenía que entrar a su Messenger, (yo ya no tengo nada de nopor en el celular, esa etapa ya quedó atras) le comenté que yo no sabía mucho de esas cosas y que entrara ella sola.
    Tardó como una hora cuando me lo regreso, lo tome sin importancia y me dio las gracias. Hasta aquí todo bien, paso unos días más y me lo volvió a pedir, nunca vi maldad en su actuar o morbo en mi hija, me lo devolvió sin saber que estaba próximo a dudar en mi actuar. 
    
    Ya tarde hizo el sonido característico del que había llegado a mi celular un Messenger, mi hija ya se había ido con su mamá (cabe recalcar que casi no veo mucho a mi hija, solo cuando su mamá dobla turno o se queda en la noche) pensé que ese mensaje era para mí, cuando me percato que tenía la imagen de mi hija en mi Messenger, en la burbuja solo alcanzaba a leer que era de una de sus amigas preguntando si había copiado lo del pizarrón. No le di mucha importancia, nunca vi algo extraño en ese mensaje aunque seguían llegando mensajes. Solo puse en silencio las notificaciones.
    
    En el trabajo ...
    ... me enteré sin platicar yo nada que se podían tener varias cuentas de Facebook en el celular, que las podía abrir en un tiempo razonable cuando haya calculado que la otra persona ya haya abierto el mensaje.
    
    Me quedé con esa curiosidad, cosquilla, no se porque me entró esa duda de espiar el Messenger de mi hija, recordé mi vieja vida de perversión, pero... Mi hija? Aún estaba en un dilema, solo era curiosidad lo que me animaba  ver su Messenger, nada de morbo hacía ella. Si, la cambiaba, la vestía cuando la tenía que llevar a la primaria, nos llegamos a bañar juntos, pero sin morbo, mi vida perversa era aparte.
    
    Yo nunca le dije a mi hija que a mí teléfono llegaban las notificaciones de su Messenger. Simplemente llegaban y llegaban. Un fin de semana que su mamá tenía que trabajar sábado y domingo se tenía que quedar conmigo, el viernes en la tarde ya la tenía en mi casa. Todo normal, la convivencia de papá e hija. 
    
    Pero mi plan era que entre el viernes en la noche o sábado en la madrugada abrir su Messenger. 
    Carajo, pinche noche, cómo toda adolescente se durmió hasta la 1 de la mañana cuando ya no llegaban mensajes.
    
    Con miedo y curiosidad, primero abrí mi Messenger, que claro, solo tenía mensajes con compañeros borrachos y una que otra compañera para chingarme, sudaba y dudaba en abrir el Messenger de Sam, deje pasar como media hora más hasta que pensé, en que si se daba cuenta que abría su Messenger le comentaría que pensé que era el mío. 
    
    Ya con más morbo y ...
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