1. Fue una casualidad


    Fecha: 18/09/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Hola a todos, voy a contar como conocí a Lola, una amiga que resultó ser genial. Me llamo Eduardo, argentino, 58 años, vivo en Talavera de la Reina, España. Lola es una señora viuda, 65 años, metro cincuenta, sin más señas que siempre está riendo, y es muy simpática. Nos conocimos en el supermercado, entablando una conversación casual como tantas otras que se entablan. Salimos del súper hablando y caminando los dos para el mismo lado. Nos dimos los nombres, y hablamos tonterías. Llegamos a la puerta de su casa y nos quedamos hablando unos minutos más, «te apetece tomar algo en el bar», le dije, «ahora no, gracias, tengo que hacer la comida para mis nietos, pero si quieres a la tarde sí», me dijo y quedamos así, de vernos a la tarde. Como a las seis de la tarde fui a su casa a buscarla y fuimos a una terraza a tomar unas cañas. Me contó que es viuda hace muchos años, que hace algunos años había intentado tener una pareja, pero el hombre habia sido muy alcohólico y violento. Que lo había dejado porque le había levantado la mano. «Y vos que buscas Lola, rehacer tú vida, tener una pareja?», le dije siguiendo la conversación, «bueno, yo quiero un amigo con quien salir, irnos de excursión y pasarla bien», me dijo con su eterna sonrisa. Seguimos hablando hasta que la acompañé hasta su casa. Así salimos varias veces, hasta que la invité a ir a mi casa. Llegamos, descorche una botella de vino y nos pusimos a hablar, «y si vamos de excursión vos y yo, pedimos habitacion juntas o ...
    ... separadas?», le dije riendo, «juntas, que me vas a hacer que no me hayan echo ya?», me respondió riendo a carcajadas. «Lo primero sería besarte», le dije acercándome a Lola y le beso los labios, «y que seria lo segundo?», me dijo poniéndose de pie y dejando su copa junto a la mía. Nos abrazamos y nos volvimos a besar, ya con toda la fuerza. La agarré de la mano y nos fuimos a mi dormitorio, nos seguimos besando y la empecé a desnudar. «O sea que lo segundo que me harías, sería desnudarme?», me dijo sonrriendo y dejando que le quite la ropa, hasta que quedó solo en bragas, enormes, le llegaban casi hasta la barriga. «Esto sería lo tercero», le dije besando sus tetas, grandes, caídas, con pezones enormes y nos fuimos dejando caer en la cama, abrazados, basándonos. «Y tú no te vas a quitar la ropa?», me dijo levantando la cintura para que le pueda sacar la braga. Me puse en pie y me saqué la ropa, viendo el cuerpo desnudo de Lola, sus tetas que caían para los costados de su cuerpo, su barriga que no es tan abultada como muchas mujeres de su edad, su concha peluda. «Ven a mis brazos argentino, que vas a ver lo que somos las españolas», me dijo estirando sus brazos hacia mi, y abriendo sus piernas. «Mmmmmmm, cuanto hace que no toco una polla», me dijo besando mi boca y subía y bajaba el prepucio de mi pija, «y ni te cuento cuanto hace que no la chupo», me dijo poniéndome boca arriba y me empezó a chupar la pija, «mmmm, mmmmmmmm, mmmmmm», hacía mientras chupaba y lambia toda mi pija, ...
«123»