1. Waterloo: Preliminares


    Fecha: 17/09/2018, Categorías: Hetero Autor: 20bcn, Fuente: CuentoRelatos

    Mediados de diciembre, sauna Charriots en Waterloo, Londres. La madrugada del sábado era cuando más concurridos se encontraban los mudos y expectantes recovecos del conocidísimo local gay de la zona uno. Habiendo hecho un primer recorrido de reconocimiento al local y analizado y contabilizado; cueles eran mis posibilidades reales de satisfacer a un alpha negro, reserve una cabina por tres horas. Me acerqué al bar y me pedí un refresco; lo único aceptado en esa franja horaria de la madrugada.
    
    Surgida de la nada en el extremo opuesto de la barra, una proporcionanada y oscura silueta que voluptuosamente se dibujó firme; jugaba al escondite frente a mis ojos. Definiendo en cortos espacios de tiempo unas redondeces; que se adivinaron fuertes y duras o aparecieron tornasoladas y brillantes. Su rostro contrariamente me resultó muy difuso; solo el blanco de unos ojos medianos a veces se cruzó con los míos y en esa fracción de segundos; yo les quise hacer llegar mi deseado interés en despertar el suyo.
    
    El efecto de mis mensajes provocó al joven; y olvidándose del animado grupo al que momentáneamente pertenecía se me acercó. Un corto intercambio de saludos y de nombres, sirvió de inicio a una lluvia de chispas que tomó el control de nuestros ojos. Los míos llevan segundos resbalados por esa oscura piel negra; hasta mantenerme visualmente descarado manipulando ese pequeño espacio entre sus piernas. Un triángulo de blancos, negros y grises; que la sugerente toalla de una forma ...
    ... hipnótica me descubría o me prohibía. Resultaba un arduo trabajo recuperar el control porque esa lasciva geometría me mantenía enganchado; dando alas a un deseo que se volvió impertinentemente impaciente.
    
    Un sutil movimiento subrayó el poder, embrionario aún, al que yo anhelaba ser sometido. Una acompasada visión que me fue encendiendo poco a poco; a fuego lento, engrasándome la boca y dilatándome por dentro; contagiándome con una fértil sensación que me iba sometiendo. Mi recién estrenado compañero parecía complacido y en seguida tomo el control. Abriendo y cerrando sus piernas de manera mucho más evidente, permitió ir sugiriéndome cual podía ser el tamaño de su negro poder.
    
    Terminado el refresco mis labios se secaron; y en varias ocasiones no pude reprimir la necesidad de hidratarlos. La aprobación de mi gesto fue orgánicamente señalada; por los primeros latidos secuestrados bajo la fina lycra de lo que parecía era un minúsculo bañador. Apuró su refresco. Y transcurridos unos segundos construyendo silenciosas palabras en el dialogo insonoro que nos iba conectando, me tomo del brazo y empezamos un recorrido donde nos fuimos besando en cada rincón oscuro del local, que de repente me pareció de infinitas proporciones. Besos de lenguas húmedamente desbocadas, acompañaron a unas manos buscadoras de duros y prietos tesoros que delegaron el placer del descubrir, en unos avilés dedos de largos apéndices muy resueltos en compartir, el mutuo encuentro de tibios rincones escondidos ...
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