1. los dias de sofá II


    Fecha: 17/09/2018, Categorías: Gays Autor: daldieb1818, Fuente: SexoSinTabues

    Jueves, bendito jueves, no tan odiado como los lunes ni tan amado como los viernes, particularmente los jueves son mis días favoritos ¿por qué? Ni maldita idea. estaba cavilando sobre un cliente molesto tarareando no sé qué, cuando me llego un mensaje de James. Me extraño, el chico casi nunca me escribe o llama al trabajo así que leí lo que decía, algo sobre el pasar el fin de semana fuera en casa de alguien llamado Luis, ¿Quién coño es lui? lo llame. Me explico que quería ir a casa de uno de sus compañeros de clase, Luis, porque varios chicos irían a pasar el fin de semana en su casa, que su mama estaría allí todo el tiempo y que sería seguro, que solo sería videojuegos y esas cosas, que no haría nada estúpido, que se portaría bien, que incluso me iba a estar llamando cada hora si quería, me sorprendió que no se ahogara, me hablaba sin respirar y emocionado, me vi sonriendo, parecía estar dispuesto a tomar las precauciones que yo ni me había planteado. Le dije que sí, que dependía más de su madre que dé mí, a lo que dijo que en eso no habría problemas, le dije que bien, que yo también tenía una fiesta a la que escaparme si él también se iba a escapar, me encontré riendo con mi chico, teníamos planes asegurados para un fin de semana lejos de las chicas. El jueves paso sin pena ni gloria, regrese al gimnasio y confirme mi asistencia a la fiesta de Richard, James confirmo la suya durante una cena tensa, cada palabra que salía de la boca de Gina se sentía como una indirecta ...
    ... a mí, a lo que claro, no fui indiferente. En fin, no había pasado sin pena ni gloria, estaba aún más molesto con Dayana y su hija, ni mencione que al día siguiente tenía planes, no le vi el sentido, regrese al sofá, mi ya familiar amigo. James me pregunto que si quería podía dormir en su cama de nuevo, cosa que me tentó, y no de buena manera, así que le dije que mejor no, que no le quería molestar, me insistió en que no le molestaba –hay espacio para dos, pa, sé que te duele la espalda cada vez que duermes en el sofá, se te nota- me insistió más y cedi, sabía que lamentaría eso. Y lo hice. A media noche, aun despierto sintiendo las acompasadas reparaciones de James, estaba malditamente duro, su frente pegada a mi barbilla, el olor a menta de su cabello me estaba torturando, estaba a punto de ir al baño a hacerme una paja cuando se volteó, y se pegó más a mí, maldita sea, puse mi mano en su cadera y fui moviéndola lentamente por su ingle, se giró de nuevo y me asuste, cerré los ojos y trate de no respirar y delatarme, sentí la cama moverse, James se había levantado, sentí que abrió la puerta de su habitación y salió. Maldita sea, maldita sea, di gracias a todo lo divino por no haber ido más lejos, cuando regreso a los poco minutos estaba de cara a la pared y de espalda a él, me forcé a dormir, rígido, dando gracias al cielo por no haber sido descubierto, prometiéndome para esta temeraria actitud. El viernes, estaba rígido por una mala noche de sueño, pero entusiasta por una ...
«1234...»