MAMÁ TIENE EXPERIENCIA 3 - Relatos Eróticos

MAMÁ TIENE EXPERIENCIA 3

... chupar todo!
Cuando sentí que se ablandaba la pija, me levanté despacito y me acomodé sobre la cara de Carlos. Me metió la lengua hasta el fondo. ¡Lamía mis jugos y su esperma!
-¡Hagamos un 69, así te la chupo! – Él me había dicho que eso se llamaba 69. Yo siempre estaba ansiosa para mamarla. 
No hay nada igual como la mamada. La lengua es el órgano más sensible del cuerpo humano. Es lindo sentir la pija en la concha o el culo…, pero sentirla en la boca no tiene igual. Lamerla, sentir la piel, las venas, la tibieza, la humedad… ¡El glande tan suave, como terciopelo! ¡El agujerito de la uretra…! ¡Es tan lindo!” 

-¡Uy dió, Dani! ¡Me dieron ganas de chupártela! – Alcira se ubicó entre mis piernas para la mamada. La tenía “acostada”. Me la tomó con la mano, me masturbó unos minutos, para tenerla morcillona…, y se la metió en la boca. Crucé mis brazos bajo la nuca y miré como chupaba. Alcira se recogió el cabello y me miraba sonriente y golosa. - ¡Hummmm! ¡Qué mmmmmgricooo! 
	Realmente, el manejo de la lengua por parte de Alcira era milagroso. No había un milímetro del glande, tronco y escroto sin lamer…, o acariciar con la lengua, apretar con sus labios… ¡Gloriosa! ¡Me sentía en el paraíso! Cuando la pija comenzó a temblar, Alcira sabía lo que se venía. Apretó sus labios en el momento que derramaba cinco o seis chorros de esperma en su boca, y respirando por la nariz, no desperdició una gota. ¡Todo el semen fue a su garganta! Tragó con su mejor sonrisa…
-¡Qué rica es! ...

... ¡Tú lechita es un manjar! ¡Clarisa tiene toda la razón!
-Bueeeeno… Habrás tenido muchas para probar… ¡Jajaja!
-Si, por supuesto. Desde Carlos en adelante jamás dejé de disfrutar del sexo. Si pasaba un día sin sexo…, me deprimía… ¡Jajaja! Tuve mucha suerte…, lindos chicos y… ¡lindas chicas también!
-¡Jajaja! ¡No te perdías nada!
-Bueno…, en la secundaria la tentación se daba en todas partes.
-¿También te llevabas chicas al baño?
-Al revés. La primera vez fue una chica del último año la que me llevó. Yo estaba en segundo. La había visto varias veces cuando yo llevaba chicos, que ella iba con chicos… o chicas… Cruzábamos las miradas y me sonreía. Un día me habló. «¿Te volteaste alguna chica?» “No, nunca se me ocurrió.” «¿De veras? ¡Es muy rico! ¿Querés que te enseñe? Vení, te muestro.» Me tomó de la mano y fuimos…, y me enseñó. ¡Y me gustó! 
-¿Cómo lo hicieron en el baño?
-Me hizo subir al inodoro, parada, me sacó la bombacha… y me la lamió! ¡Mejor que Carlos! ¡A los dos minutos yo estaba acabando! Me lamió todo y la dejó limpita… Luego se subió ella y me enseñó como chuparla. ¡Nunca lo había hecho! Había visto la refregada entre mujeres en las pelis que me mostraba Carlos, generalmente cuando estaban en trío, dos mujeres y un chico, pero nunca se me había ocurrido hacerlo…, o no había tenido la oportunidad. La chica, que se llamaba Valeria, era muy dulce y paciente. Cuando lo asocié con lo que había visto en las pelis, lamenté una barbaridad que Carlos ya se hubiera ido ...