Viejo HDP - Relatos Eróticos

Viejo HDP

Fui a cenar como la primer noviecita del nene, edades pueriles y orgullos de papis. Prefiero no dar muchas descripciones por un tema de discreción, solo diré que soy tirando a petisa, morocha y carnosa...demasiado para mi edad....Nos sentamos en una mesa redonda grande y del otro lado de mi "novio" estaba el abuelo de él quien se mostró muy ameno ante todos mis requerimientos. Fue en el desarrollo de la misma cuando entre conversaciones cruzadas el abuelo posó una mano en mi rodilla pero en un contexto amable o al menos eso creía yo. Fueron unos segundos y luego de unos minutos repitió la acción pero ya sobre mi muslo y antes de poder reaccionar la retiró. A decir verdad empecé a sentirme entre incómoda y deseada y dada la coquetería había un punto en que no me molestaba su mano y elevaba mi condición de niña a ser vista como mujer. Salimos a un reducido balcón para ver los fuegos artificiales por festejo de una fecha patria. Lo sentí detrás mío y entre la provocación y canchereada adelante levemente mi pierna derecha y él no la dejó pasar...se apoyó mejor...extasiados por el espectáculo y buscando distraer mi novio le señalaba el cielo al tiempo que sentí en mi cola y par de movimientos suaves y una suerte de dureza que incrementaba en su pantalón. Pasado el show volvimos al living para el café final y fui yo quien buscó sentarse a su lado pese a que sobre los sofá no iba a pasar mucho. Pasaron a buscarme para ir a casa y cuando me acosté, lo hice totalmente desnuda ...

... recordando ese episodio...un viejo persiguiéndome y yo una pendex lo atraía eran sentimientos encontrados y como nunca me puse en cuatro para masturbarme pensando en él. Me dormí boca abajo totalmente sudada y despatarrada. Pasaron los días y el recuerdo se me asentaba cada vez más pero era muy difícil volver a verlo; solo si se repetía una noche así. Una de las tardes de retorno del colegio con la lluvia a punto de descargarse apuraba mi paso cuando desde un auto escucho mi nombre. Era él, ni siquiera ví si estaba solo o me invitaría a subir. Tomé la iniciativa y me zambullí dentro del auto al momento que el cielo se descargaba. Nunca supe sí esperó el momento o fué la casualidad. El chaparrón se hizo muy intenso y aparcamos cerca de un parque. Me tomó de la mano y mirándome fijamente me pidió disculpas pero necesitaba confesarme que no había podido dejar de pensar en mí. Que era una locura, pero era así y que por favor no dijera nada. Fue todo, perdí el poco control que tenía y le ofrecí mi boca, que bien se sirvió de la misma, fue algo tenue, suave y de una besuqueada pasó a robarme mi lengua para meterla en la suya y viceversa. Otra vez su mano a mi muslo; sólo que esta vez me puse de costado para que explorara más y cuando la sentí en mi nalga hice el clásico movimiento de rechazo que sólo es para reafirmar que toque más, fue por mis pechos mientras nuestras lenguas no dejaban de enroscarse y sentí que por primera vez era besada. Llevó mi mano a su bulto susurrando mi nombre ...