Hice my mujer a una linda chica inocente - Relatos Eróticos

Hice my mujer a una linda chica inocente

... siguió dando fruto, pues después de ese día que nos tocamos nuestras partes íntimas en mi casa, ella fue cambiando ya me preguntaba si la tenia parada cuando hablábamos por mensajes en las noches, yo le mandaba fotos y ella me mandaba de igual forma. Ella empezó a llegar todos los días a mi casa y fue hasta como el día 15 que ella accedió a que se la intentara meter. Ese día que ella ya quería probarla nos acostamos en la cama 🛌 le quité su ropita, sus pequeñas telas eran lindas, las tenía pequeñas y duras los labios de la pupusa eran morenitos y carnuditos, puse una película xxx en la tele una película de tres hombres vergudos con una sola mujer, la respiración de mi nueva pequeña mujer estaba muy acelerada. Así que me le subí encima y le puse mi gorda verga en su delicada, apretada y pequeña pupusita. Poco a poco se la fui metiendo dejando caer mi peso sobre ella, ella me besaba más fuerte y se quejaba un poco, me decía que le dolía y que no entraba. Ese día no logré meterla toda sino que solo como una pulgada un poquito más de la cabeza, la hice sangrar un poco y le acabe adentro. Después de descansar un rato en la cama ella se vistió de nuevo y nos despedimos con un beso largo, me dijo “ mañana probamos otra vez y si no entra volvemos a probar otro día hasta que me la meta toda y así pueda hacerme suya. Esas palabritas me ponían loco. 
Las visitas ha hacer “limpieza a la casa” se volvieron bastante frecuentes de dos a tres veces por semana. Yo estaba feliz pues era el ...

... único hombre maduro del pueblo que temía una novia “mujer” de 18-5. 
En una ocasión que yo tuve un viaje de negocios a la capital del país de donde soy, fui a una tienda de ropa erótica y le compre unas lindas tanguitas, cacheteritos y una minifaldas de cuero negro, también le compre unos zapatos y ropa normal para tener aceptación con sus padres y mostrarme como una persona buena y de buen corazón que no tenía malas intenciones con su pequeña aunque ya la tenía literalmente la mitad de mi verdosa dentro de ella. 
El día después de mi visita a la ciudad ella llegó a mi casa pues ya le había dicho por teléfono que le había comprado algunas cosas para ella. Al llegar a la casa entró a mi cuarto nos besamos y le dije que se pusiera las prendas, se las puso y se miraba como si fuese putia prematura. Me le abalancé y la comencé a besar apasionadamente ella me desabrochó el pantalón y se puso a mamar mi vergota, la mamaba tan rico pues ya había aprendido viendo las putas que constantemente le mostraba en los videos de la tele y algunos que le mandaba por teléfono. Después de una buena mamada que me dio en la verga la puse boca abajo en la cama con sus pies sobre el piso le hice a un lado la tanguita que le había comprado y la tome de la cintura y mi verga busco su camino “la pupusita apretada de mi nueva mujercita”. Mi cuerpo era lógicamente más pesado que el de ella, así que yo tenía ventaja poco a poco se la fui metiendo y ella mordiendo la sabana, yo le decía “aguanta amor ya ...