VIAJE EN TREN - Relatos Eróticos

VIAJE EN TREN

Cada lunes viajo con mi madre a la Capital donde ella atiende en su estudio por la mañana. Ella es abogada y me encanta como se viste con su clásico traje con pollera por muy encima de la rodilla. Por la tarde regresamos a nuestra ciudad y como no le gusta conducir en el tránsito tan intenso, viajamos en tren, claro que a la hora que lo hacemos, todos los trenes salen colmados de pasajeros y por lo general, viajamos parados hasta la mitad del viaje en que se va vaciando y podemos sentarnos hasta la estación terminal donde bajamos y ahí sí, regresamos en nuestro auto, que queda en una playa de estacionamiento.
Con tanta gente agolpada y prendidos a los pasamanos, algunos, porque la mayoría queda apretada entre sí, sin necesidad de agarrarse de algo. Mamá siempre me pedía que me colocara detrás de ella, porque nunca faltaba algún baboso que la manoseara. Eso me producía cierta incomodidad y pudor por quedar tan pegado a su cuerpo y con el movimiento del tren y vaivén entre la gente, terminaba, sin quererlo, apoyándole mi bulto parado en su cola, que a mí me súper gustaba y no puedo asegurarlo, pero creo que a ella algo le producía, porque al sentir mi bultito en su culo, ella, como podía, giraba su cabeza y por sobre el hombro me miraba con una pícara sonrisa dando a entender que lo sentía acomodado en su zanja. En ese momento quería morirme de la vergüenza, pero era algo imposible de evitar y ella lo sabía.
Todos los lunes pasaba lo mismo y para mí era el momento más ...

... esperado, la hora del regreso. Cierta tarde, súper apretados y yo con mi bulto al palo apoyado en su culo, sentí que desde atrás una mano de hombre se metía entre ella y yo, llegando a tocar el culo de mi madre. Ella no hacía ni decía nada, pero yo veía con incomodidad esa mano que manoseaba y de a poco le iba levantando parte de la pollera y seguidamente observaba cómo se metía para delante de mamá, camino a su pubis. Yo empujaba al hombre para que sacara la mano, pero hacía caso omiso. Al rato, el tipo me fue empujando y quedé a un lado viendo como se le apoyaba en el culo a mamá. Ella seguía sin demostrar molestia alguna. El tipo descaradamente, levantó más la pollera y vi el blanquito culo de mamá y me excitaba como la manoseaba. Yo pensaba, mamá debe saber que ese no soy yo y cómo se dejaba hacerlo. De pronto, el tipo le besaba el cuello y mamá como entregada a sus caricias, tiró la cabeza hacia él y recibía lamidas y besos en cuello y cara, mientras que el tipo no paraba de manosearla.
Casi me muero al ver que el tipo sacó su pija enorme y como pudo, se la apoyaba en las nalgas a mamá y ella no hacía nada. Tanto estaría gozando que ella giró la cabeza y me miró viendo que ya no estaba detrás de ella y con una extraña sonrisa, cerrando los ojos recostó su cabeza en el hombro del desconocido. Seguidamente, el tipo le eyaculó en una nalga y pude escuchar los gemidos de mamá, quien no tardó en orgasmar, controlando sus gritos para que el resto no de diera cuenta de lo que estaban ...