Tt - Relatos Eróticos

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... era de otra área, que no le gustaba, que era prepotente y se pensaba demasiado, que cada vez que le pedía cosas se siempre decía, sin por favor ni nada, y como ella era auxiliar administrativa, necesitaba atenderlo. Empecé a sospechar que ella sentía algo de atracción por él, que tal vez estaba fantaseando con él durante nuestro sexo, traté de preguntarle más sobre su día en el trabajo para ver si podía averiguar algo. Un día traté de hacer una broma sobre un día que la recogí en el trabajo, pasé y me detuve frente a la acera donde me estaba esperando, abrí la ventana de la puerta del pasajero y dije: Yo: Hola gatito! ¿Viene siempre aquí? Camila, sin entender muy bien, terminó integrándose al juego. Camila: Sí, trabajo aquí en este edificio, estoy esperando a mi novio. Yo: Ven a dar un paseo conmigo primero, luego te llevaré con tu novio. Camila: No sé, mi novio está muy enojado y celoso. Yo: No lo sabrá, será rápido. camila: que vamos a hacer? Yo: Quiero mostrarles algo que tengo aquí. Ella hizo una mueca pícara y abrió una sonrisa pícara. Camila: Lo haré, pero tiene que ser rápido para que no sospeche. Se subió al auto y seguimos con el juego, traté de ponerle la mano en la pierna y me dijo: Camila: ¡Para! ¡Si mi novio se entera de que me estás tocando la pierna, te matará! Entramos al departamento besándonos y ya desnudándonos, ella estaba que ardía, mi polla aún no estaba dura, le pedí que se arrodillara y me la chupara, ella de rodillas me miró y me dijo: Camila: Te voy ...

... a dar una mamada, pero no me sale en la boca, ¡mi novio no me deja!  Mi polla se puso dura en ese momento, ella sonrió con picardía y volvió a chupar. Luego se puso a cuatro patas sobre la cama, me miró y me preguntó: Camila: ¡Ven a follarme pronto antes de que mi novio sospeche, no sabe que estoy aquí dándotela! Puse la polla de una vez dentro de ella y la empujé con fuerza, ella gimió en voz alta. Camila: ¡Vamos! ¡Cómeme! ¡Sabroso! ¡Ponte profundo! ¡Eso! ¡Así! Camila: Ahhhhh... que rico! ¡Sabía que eras bueno! Con esa cara de traviesa! ¡Cachorro! ¡Ponlo en mí! ¡Vamos! Disminuí la velocidad cuando escuché eso, ella inmediatamente me ordenó que siguiera el ritmo y se corrió, temblando por todas partes. No podía soportar los movimientos de su apretado coño y me corrí, dentro de ella. Camila: ¡Nuestro amor! ¡Qué delicia, vine tan sabroso, necesitamos jugar estos juegos más seguido! ¡Me gustó! Yo: Fue muy lindo amor, vamos. Estuve de acuerdo con ella en ese momento, pero me quedé pensativo después de ese día, todo hacía creer que su fantasía era con el chico del servicio. No hablamos de eso durante mucho tiempo, como no lo mencioné, ella tampoco dijo nada al respecto. Con el tiempo la relación se fue enfriando en el sexo, le dije que podíamos ir a un sexshop para intentar ponerle picante. Fuimos a un sexshop, era una tienda pequeña, Camila estaba claramente avergonzada de entrar a ese lugar, pero no se quejó, miró los artículos en los estantes mientras la dirigía a la sección de ...