1. La chica del Súper y su novio


    Fecha: 12/09/2018, Categorías: Gays Autor: Margaryt, Fuente: CuentoRelatos

    Es tan guapa y tan dispuesta al hablar que me pongo húmeda solo con verla. Me propuse seducirla, importándome poco que fuera heterosexual y que tuviera novio. Quería chupárselo y que ella me lo chupara a mí; aunque para conseguirlo tuviera que hacer feliz, un poquito, a su novio.
    
    Ella trabaja en un pequeño supermercado de barrio, donde a mí me gusta comprar el pan a diario y donde a veces compro otras cosas que me hacen falta en lugar de ir hasta el hipermercado. María José, "mi chica", solo trabaja en el turno de mañanas, que es cuando yo voy a comprar. Ella descansa los fines de semana; María José es tan desenvuelta que sabe callar a una cola de cincuenta personas en cuanto se ponen revueltas y pasa los artículos por el lector con la velocidad del rayo. Cuando estoy en la cola esperando a que me cobre no puedo dejar de mirarla, disimulando un poco si dirige su vista hacia mí. Me gustan sus hoyuelos en las mejillas cuando sonríe, su pelo negro y brillante, siempre con la melena suelta; su figura delgada y atlética es fantástica.
    
    El uniforme con batita corta la hace aún más bella. A veces compro el pan sin hacerme falta, solo por hacer la cola en el súper y recrearme mirándola. Sus ojos negros, cuando miran directamente a mis ojos claros, provocan al instante un hormigueo en mi clítoris y una humedad en todo mi sexo. Cuanto la deseo.
    
    He escrito este relato al ritmo que ha ido pasando todo, desde que eran solo esperanzas hasta donde llegamos, ayer mismo.
    
    El novio ...
    ... de María José a veces se queda un rato con ella en el súper después de llevarla por las mañanas y, lo puede hacer porque el súper es tan pequeño que ella hace de cajera y de encargada al mismo tiempo. Su novio Pedro es guapo, pero es un chulito de pose y de modales, pero en el fono es un asustón (se le nota en la mirada). Él se apoya en el soporte de la caja de medio lado y mira a todo el mundo con aire de suficiencia mientras masca chicle. Cuando estoy en la cola y él está con ella, Pedro siempre me mira con deseo y con una pose chula; como diciéndome: — pelirroja, yo podría ser tu hombre. Nunca me han gustado los macarras, sobre todo por la falta de higiene que he observado en algunos de ellos, no en todos por supuesto; pero tengo que decir que Pedro siempre se ve limpio y afeitado, su ropa también. Huele a una loción de afeitado que me encanta, ¡tanto me gusta ese olor!, que al olfatearlo se me abre la raja un poco.
    
    Decidí intentar seducirla con su novio como "comodín", viendo que yo le gustaba bastante a él. Me acercaba a la caja muy guapa y con mis minifaldas más explosivas y con las mejores joyas que me ha comprado mamá; agachándome y enseñando a veces los muslos y las braguitas, estas siempre de encaje calado. Cuando le mostraba a ella mis muslos desnudos, sin estar su novio en el súper, solo me llegó a decir:
    
    —Coño qué piernas más guapas tienes tía, te comerán con los ojos los tíos. A mí no me van las tías, pero si me fueran intentaría cazarte pelirroja.
    
    Algo ...
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