1. Espiando a mi Hermana


    Fecha: 23/09/2022, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Anónimo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Entra a su habitación con la bombacha puesta. Aunque tapada por la tela, puedo ver la concha depilada.
         Los bordes son un hilo blanco que recorre su cintura y forma un triángulo en el pubis pero en el medio, donde debería estar la parte que la tapa, algún  demonio perverso de la lencería ,diseño un material que deja ver, a la perfección, los labios  hinchados de su concha.
         Arriba  no tiene  puesto nada.  Éramos chicos y nadábamos desnudos con los primos en la pileta  y de lejos no podían distinguirnos. Ahora sus tetas sobresalen, llenas, desafiantes. En aquella época, reíamos de nuestras diferencias con la alegría de la inocencia. Ellos reían de mi pito, pequeño en comparación con el de mi primo, mucho más chico en edad pero más grande allí abajo y nosotros, reíamos de ella, de la raya lisa debajo del ombligo. Esto duraba muy poco y rápidamente volvíamos a  distraernos jugando. Si mis primos estuvieran hoy aquí, lejos de reír mirarían en silencio conmigo, excitados con lo diferente de mi hna desnuda.
         Alguna parte de mi mente se pregunta cuanto habrán crecido los primos y me recuerda, con vergüenza, que allí abajo sigo siendo ese niño sin desarrollar.
         Piensa que estoy en la escuela, por eso tiene la puerta del cuarto abierta y se pasea desnuda eligiendo música del celular.  Pensaba lo mismo de ella. En estos momentos el delicioso y sensual cuerpo desnudo de mi hermana debería tener puestas sus medias, su pollera corta escolar y la camisa, todo el ...
    ... uniforme, y estar sentada en clase. Pero esta acá, seleccionando frascos donde guarda sus cremas.
         Veo como pone crema en sus manos y después, como la reparte en círculos por los hombros y baja acariciándose los brazos. Con un poco más frota su panza y sube, es inevitable, hasta sus tetas.
         La escena es tremenda, poderosa. Amasa sus tetas y las exprime hasta estirar el pezón. Las aplasta a los costados y vuelve a apretar. El pezón queda brillante,  por la crema, grasoso. Después reparte los restos por el pecho y el cuello y camina por la pieza, moviendo el cuerpo como si bailara para secarse.
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         Mi hna  mueve las caderas, se inclina, usa sus brazos para envolver el aire, gira y se desplaza por la habitación llenándola con su cuerpo desnudo.
              La música es actual  pero  los sonidos golpean en ella como una antigua invocación a los demonios de la lujuria
         Como si fuera la  superficie de un lago, el movimiento de su cola se contagia al resto del cuerpo, cada temblor pasa por su cintura, por su panza y sacude las tetas, un rebote suave. El color casi rosado de sus pezones rompe la monotonía blanca de su piel perfecta, amada por mí en silencio, con los ojos atados a ella.
         Busca ropa en el armario. Separa varias prendas y las arroja a la cama. Al rato, frente al espejo, empieza a probárselas.
         Es como música clásica. Toma un short  y lo sube por sus piernas, elige una camisa y tapa sus tetas con ella para quitársela después y probar un top, con ...
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