1. En la playa con papá capítulo 2


    Fecha: 05/09/2018, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    Total que el día señalado de la partida al fin llegó. Por suerte pasé todas mis asignaturas y gracias a eso pude irme sin ninguna clase de remordimiento. A la única que no le gustó mi decisión fue a mi amiga Joan, porque ella tenía la seguridad de que me quedaría con ella y que nos la pasaríamos de lo lindo yéndonos de viaje. Había insistido en venir conmigo, sólo para colarse, pero le dije que no porque era cosa de familia, y además… me avergonzaba que conociera a mi padre. El viaje en el avión fue acogedor en su mayor parte, y sin más dilemas aterrizamos con un poco de turbulencia al final de cuentas, lo cual casi me hizo vomitar del miedo. Había visto suficientes programas como para saber en qué iba a terminar todo si nos alcanzaba una corriente de aire. Nada más salir, el sol del verano de la costa me golpeó deliciosamente sobre la piel. Yo iba vestida ligera, con una minifalda de mezclilla, un top y el cabello amarrado. Pensaba broncearme muy bien para acentuar el color de mi piel y que al volver, Joan tuviera algo de qué envidiarme. Mi padre Leandro no es un hombre como cualquier otro. Cuando le vi, entendí por qué mamá se separó de él. Iba vestido con una camisa hawaiana de radiantes colores, shorts y sandalias. El largo cabello le caía rubio hasta la espalda, su barba malamente recortada le daba un aspecto gracioso a su rostro, adornado con un bonito par de ojos azules. No le veía desde hacía tiempo, pero no había cambiado en lo absoluto. —Daniela… mira que bien te ...
    ... has puesto —me escaneó de pies a cabeza. Yo solté las maletas y abracé a papá. Él, sin pena, me rodeó fuertemente y me levantó del piso. Era alto, media casi un metro con noventa. Me apretujó fuerte, que mis tetas se escondieron contra su pecho. Luego me dio una bonita caricia en la mejilla y un beso en la frente —. Te pareces mucho a mamá. —Gracias… eso me dicen a menudo —Mentira. Mi mamá estaba más buena que yo, y tenía más vida sexual que yo. —Vamos, vamos. Es hora de irnos cuanto antes a mi casa. Debes de estar sedienta ¿verdad? —Sí. Hace muchísimo calor, papá. —Con esa ropita pronto te broncearás —noté una candorosa mirada a mis piernas. Papá tenía un fetiche con ellas. Lo sabía por las publicaciones en su Facebook, el cual yo revisaba en ocasiones. Me senté en su coche al lado de él y recorrimos la ciudad caribeña, bastante bien animada para esas épocas, con turistas de toda clase. Oía música muy alegre que me hizo sentirme relajada. En eso papá, discretamente puso una mano sobre mis piernas cruzadas y se permitió tantear un poquito con delicada inocencia. Yo le miré. Él seguía con la vista puesta en la carretera, pero las yemas de sus dedos se deslizaban sutilmente por la carne de mis muslos. Le dejé estar. Era mi padre. ¿Qué clase de deseos podría tener conmigo? —¿Cómo está mamá? —Bien… —Sé lo del amante. —Ay… papi… lo lamento. ¿Estás bien? —Bien. Muy bien. Ella ya sabe mi posición sobre el amor y el sexo. En este mundo todos deberíamos expresar nuestra sexualidad ...
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