Tarjetas Black 4
Fecha: 01/09/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
La estirada secretaria invitó a Yeimy a entrar en el espléndido despacho del Delegado. La delgada colombiana había hecho un buen trabajo y a pesar de ser mucho más baja que la secretaria entró triunfal en aquella selecta estancia. Ese día había escogido un discreto traje de falda y chaqueta con unos tacones tan comedidos como el tema a tratar.
― Buenas tardes, señora Villaescusa. ¿Todo bien? ―Dijo Róber con una pizca de mala leche.
― Buenas tardes, don Roberto. Sí todo bien.
― Pensé que me llamaría, que quizá alguien pondría algún reparo a entregarle a usted esas codiciadas tarjetas. De hecho me asombra que no fuese así. ―confesó el delegado.
― Bueno, lo cierto es que al parecer los rumores vuelan y salvo los dos o tres primeros afectados, el resto parecía estar esperando mi aparición.
A Roberto le cambió la cara. ― Le advertí claramente sobre la necesidad de discreción, señora Villaescusa…
―…y así se lo advertí a todos, pero algunos estaban claramente al tanto. Unos la tenían preparada en un sobre esperando que pasase a recogerla, y otros confesaron sin tapujos saber que iría.
―Entonces o no explicó usted suficientemente claro que no debían comentar nada a nadie, o no tomaron en serió su advertencia… ―Le recriminó Roberto a la colombiana.
― O alguien filtró este asunto hace meses desde Madrid, o lo comentaron a la hora del almuerzo, o como dijo el encargado de exportación “era algo que olía mal”… ―se defendió Yeimy.
Un tenso silencio invadió el ...
... despacho. La contable y el delegado se estudiaron con la mirada.
― Bueno, más tarde le pediré que señale a tres de esos “enterados” para poder hacerles un par de preguntas. Por cierto, ¿le resultó de ayuda el documento que le entregué? ― Preguntó Roberto para enfriar un poco el ambiente
― Sólo en un par de casos, la verdad. Aunque si le soy sincera ese documento me resultó especialmente útil a mí misma, para sentirme respaldada y darme confianza para tratar con toda esa gente con tanta rosca.
― ¿Con “tanta rosca”? Imagino que se refiere a tener buenos contactos, ¿no?
― Sí, es verdaderamente lamentable la cantidad de sueldazos que esta empresa se podría ahorrar.
― Eso pasa siempre, alguien debe tomar las decisiones y supervisar cada departamento. ―explico Roberto.
― Con un sistema de incentivos por objetivos para la gente que trabaja de verdad sobrarían la mitad de esos consejeros, supervisores y chupamedias que no hacen nada de nada.
― ¿”chupamedias”? ―pregunto el Delegado realmente hechizado por la perspicacia de la guapísima secretaria de contabilidad.
― Empleados que sólo se dedican a alabar y agradar a sus superiores, sobre todo a quienes movieron los hilos para que ellos entrasen en la empresa. Aduladores y recaderos que objetivamente no aportan nada a la empresa.
― ¡Ja! ¡Ja! ¡”Chupamedias”! ¡Quieres decir un “pelota” o un “lameculos”! ―rio el delegado.
― “Lameculos” ―Contesto Yeimy sonriendo en correspondencia.
Un nuevo silencio se abrió ...