1. Mi cuñada mojigata


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Intercambios Autor: Dwall3d, Fuente: SexoSinTabues

    El núcleo principal de la familia de mi esposa (mis suegros y dos hermanas), es muy unido. A pesar de ello, mi suegro tuvo hijos muy joven, de dos matrimonios anteriores, y el resto de los hermanos de mi mujer no son tan unidos (y hasta lejanos). Sin embargo, la hermana mayor es la mas unida de ellos, a pesar de no haber sido criadas juntas. Para que conozcan mejor a mi cuñada, Sara, deben saber que tiene 49 años. Es soltera, pero no porque sea fea, sino porque es bastante retraída y de paso con un carácter de los mil demonios. Físicamente, a pesar de que en su cara se nota el paso de los años, esta muy bien. Es rubia, delgada, buen culo, alta y un par de tetas espectaculares, que se notan, a pesar de que no viste muy ceñido de manera frecuente. Vive sola, en las afueras de la ciudad donde viven mis suegros, pero trabaja como directora de un colegio de educación primaria, muy cerca de casa de mis suegros. Todo comenzó, en una oportunidad en la que fuimos de viaje a visitarlos. En su casa, tenemos nuestra propia habitación, donde tenemos "relativa intimidad", sin embargo esto generó ya después de una semana allá, algo de sequía sexual, por la ubicación de la habitación, aunado a los compromisos sociales que teníamos. Un día nos quedamos en casa solos, durante el mediodía, porque los suegros salieron, y mi esposa y yo aprovechamos el momento darle rienda suelta a nuestra excitación. Durante el magreo, sentí como si alguien hubiese entrado a la casa, pero como son casa tipo ...
    ... townhouse, no le dí importancia, pues es muy común en esa casa, que los ruidos de los inmuebles aledaños se sientan muy cerca. Dentro de la emoción, dejamos la puerta del cuarto abierta, y ya para cuando nos habíamos quitado la ropa, decidimos dejarlo así. Mi mujer comenzó a darme una mamada fenomenal y en ese preciso instante me di cuenta que había alguien observándonos. Sin embargo, mi esposa no se dió cuenta de la situación. Mi sorpresa viene cuando me doy cuenta que es Sara, la hermana mayor de mi mujer. Al principio me tomó desprevenido, al punto de que casi corto el acto para ir a cerrar la puerta y decirle a mi esposa, pero aguanté el impulso, porque el diablillo interno me frenó. Comenzé a sobreactuar, porque me puse muy cachondo, y quería ver que iba a suceder, por lo que decidí que ese día le daría la mejor cogida de nuestra vida a mi mujer, para que Sara disfrutara de ese espectáculo. Así, mientras mi mujer seguía con la mamada, y soltaba y dejaba a la vista mi miembro, el cual no es para nada despreciable, pues aunque no es muy largo, es realmente grueso, podía ver que Sara, escondida detrás de un paraban, no perdía detalle de nuestro acto. Cuando mi mujer ya no aguantaba la excitación, la puse de pie y me senté en una poltrona dentro del cuarto, y monté a mi mujer sobre mi, dejándola de espaldas a la posición en la que se encontraba su hermana. Mi mujer se acomodo mi pene, y se lo fue introduciendo, mientras gritaba de placer, y diciéndome lo mucho que le encantaba y ...
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