La abuelita guarra de mi amigo Juan Luis - Relatos Eróticos

La abuelita guarra de mi amigo Juan Luis

Juan Luis era un joven amigo mío desde los 10 años y casi al poco de que ambos cumpliésemos nuestra mayoría de edad, su abuela Diana, se quedó viuda con cincuenta y pocos.

Una tarde acudí a casa de su abuela, pues "Juanlu", que así le llamabamos todos, fue a comer allí. La abuela que se llamaba Diana, a decir de su nieto, había sido un bombón, pues tuvo varios novios y amantes y el pícaro y cuco de su abuelo supo camelarsela y llevarla al altar.

Siempre que iba al instituto del pueblo, pues ambos vivíamos en el mismo pueblo, pasaba cerca de la puerta de la casa de Diana y casi siempre y por mil motivos me la encontraba hacendosa.

Un viernes por la tarde, acerté a pasar por la puerta de Diana y me saludo muy amable y simpática

— adiós Tony, ¿donde vas tan deprisa? — dijo Diana

— voy a buscar a Juanlu, hemos quedado con las chicas — confesé.

— Pero hombre, no tengas prisa, seguro que mi nieto ni está preparado — declaró Diana.

— está bien señora, ¿quiere que pase un rato a tomar algo con vd? — manifesté

— perfecto — habló Diana

Diana era una abuelita sexy y todavía era una mujer de buen ver, porque según me había contado Juanlu, zascandileaba y ligaba con algún que otro hombre.

Me pasó a un amplio salón con cuadros y decorado con muy buen gusto con un gran tresillo de cuero y una extensa mesa de cristal y hierro en el que había objetos decorativos.

Yo estaba esperando a esta buena señora que se había ofrecido a traerme un refresco de naranja ...

... y la muy libertina me dio la sorpresa.

Diana apareció ante mi, con una bandeja en la que llevaba dos whiskys en las rocas y vestía con un procaz conjunto muy sexy de sujetador blanco con dibujos rojos y negros y un procaz tanga y unos zapatos de tacón de aguja en rojo puta.

— ¿te apetece esto mas? — ​dijo Diana

Yo me quedé estupefacto ante la imagen tan sexy y atractiva de la buena señora y no me esperaba esto y menos de la abuela de un amigo

—¿​Cuanto hace que no te tiras a una mujer? — preguntó Diana. — pues hace mucho que no me tiro a una mujer — confesé todo alucinado.

—¿te gustaría hacértelo conmigo? — manifestó Diana.

Diana abandonó la bandeja encima de la mesa y tomo mi mano y me llevó a su habitación y allí la muy zorra me hizo un striptease muy lúbrico que me excitó notablemente.

Terminó de quitarse el sexy tanga tan procaz que llevaba y se sentó despatarrada y abierta de patas en la cama, entretanto mojaba de saliva su muy bien afeitado coño.

—¿te gusta mi coñito, cariño? — observó al tiempo que se lo abría con una mano.

— cla, cla, claro que me gusta .. — articulé , todo vacilante.

La muy zorra de Diana me miraba con lujuria, lascivia y mucha lubricidad y se tocaba una teta con una mano al tiempo que metía un dedo en su borboteante coño y lo rozaba después con sus carnosos labios de zorra madura

Después de estás procaces y salaces posiciones se puso a cuatro patas y me mostró su aún petable culo.

—¿desearías petarme el ojete, ...