1. El Despacho II


    Fecha: 12/08/2022, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: Arfridio, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ….
    La situación era la soñada por mí desde que nos conocimos, te tenía a mi entera disposición, y como amo y señor tuyo. Tú delante de mí, expuesta y humillada, desnuda, amordaza, sodomizada y marcada, viendo como mi sumisa, se sentía como quería. Mirándome y en silencio, realmente estaba disfrutando de ti, aún recuerdo aquel día en el gimnasio que me dijiste:
    -	necesito a un hombre que sepa lo que quiere, y me sepa tratar como lo que he sido siempre, una zorra sumisa. ¿Es tan difícil? Tú mucha presencia, pero poco más creo. La gente me ve por la hija y la esposa de quién soy. Estoy cansada de siempre lo mismo, mucho peloteo, pero a la hora de la verdad, pesa más mi estatus social. Quiero alguien al que obedecer, y me sepa dominar, un Amo de verdad....
    Mi polla se endurecía cada vez que recordaba esas palabras tuyas, y la arrogancia tuya de llevar mi mano a tu coño, para mostrarme como estabas
    -	Así estoy, cachonda y caliente para el primero que quiera ser mi Amo, pero un auténtico Amo, paso de gilipolleces y polvos fáciles, eso ya lo tengo. Quiero algo de verdad, mío y yo de él, a su entera disposición, que me sepa domar y castigar, que me haga sentirme realizada, que me haga sentir sumisa.
    Mientras seguía masturbándome, y mirándote a la cara, sentí las ganas de humillarte un poco más, así que me acerqué a ti, y escupiéndote varias veces a la cara y abofeteándote, te pregunté:
    -	¿Eres feliz de ser quién eres, mi autentica sumisa y yo tu Amo? Asiente con tu cabeza o ...
    ... niega.
    No lo dudaste ni un solo momento, asentiste, y en tu mirada pude ver como deseabas el cuerpo de tu Amo. Así que sin dudar ni un momento, empecé a acariciar tu coño, restregarte mi polla contra él, querías más. Deseabas que te follara como la perra que te sentías, te introduje dos dedos y empecé a masturbarte también a ti. Intestaste abandonar tu posición, y abofetee tus pechos, mientras te recordaba que debías mantenerte en esa posición y mirándome. Yo me masturbaba lentamente, saboreando cada segundo de mi victoria, con una sonrisa irónica te escupía nuevamente, abandoné tu coño y me dirigí hacia tu culo, deseaba sodomizarte, así que empecé a jugar con el plug que tenías insertado. Lo sacaba lentamente y te lo volvía a meter. Con el sonido del agua cayendo, tu gag en la boca, costaba trabajo oírte gemir, pero, aun así, alguno que otro logré oírte. Volví a meter mis dedos en tu coño, y te masturbé duramente. 
    -	No tienes permiso para correrte, zorra. Lo harás cuando te ordene.
    Te seguí masturbando, notaba como deseabas correrte, pero yo era claro, no tenías permiso para hacerlo, aguantarías hasta que decidiese que lo hicieras. Mientras te introducía mis dedos más rápido y profundamente, masajeaba tu pequeño clítoris y te masturbaba con rudeza.
    Ahora sí, ni el ruido del agua cayendo impidió que oyese tus gemidos, estabas con la respiración acelerada, tu cuerpo en tensión, tu mirada lo decía todo. Deseabas, anhelabas correrte como una zorra entregada a su amo, lo que ...
«12»