1. Otra vez Andrés en mi casa


    Fecha: 17/08/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... más potencia, hasta provocarle al menos un par de silenciosos orgasmos; sólo evidentes por la manera en que temblaba al alcanzar cada uno de ellos. Mi amigo todavía continuó con su cadencioso ritmo por otro par de minutos, hasta que se arqueó y dio un grito gutural, dejándome saber que una vez más se había descargado dentro de la concha de Ana.Se salió de ella y comenzó a vestirse, diciendo que no había quedado satisfecho con la conducta de Anita…El tipo sentía que esta vez ella me había dedicado todo su goce a mí y me había provocado más placer que a él.Le dije que si no le gustaba, podía ir a cogerse a la esposa de algún otro amigo, pero entonces se ofendió y se fue diciendo que "su putita" merecía ser castigada por su mal comportamiento y ya pensaría cómo hacerla escarmentar.A Anita la excitó bastante escuchar esto último y yo sentí que mi verga volvía a endurecerse, así que cargué a mi entregada esposa sobre mis hombros y así subimos hasta nuestra habitación.Allí la arrojé sobre la cama y la hice voltear boca abajo, abalanzándome sobre su cuerpo y aplastándola con mi peso. Le metí con violencia un dedo en el culo y gritó de dolor, intentó escaparse pero la inmovilicé, atándole las manos a la espalda con mi cinturón.“Por la cola no, por favor... todavía me duele mucho y además... le pertenece a Eduardo… por favor, te lo suplico… no.”Sus últimas palabras me enloquecieron totalmente, así ...
    ... que ya no importaban sus quejas ni ruegos, solamente quería maltratarla como hacían sus otros amantes.La penetré de una sola vez con mucha violencia, sintiendo que mi verga se abría paso a través de su estrecho esfínter anal. A través de ese hermoso culo que tan pocas veces me había permitido disfrutar y que otros ya se lo habían roto con bastante frecuencia.Estuve un buen rato bombeando con todas mis ganas, mientras Ana lloriqueaba, suplicaba y me insultaba, diciendo además que me amaba; pero decía que su culo le pertenecía a Eduardo.Por fin sentí que me descargaba en su interior; fue una acabada espectacular; que me dejó exhausto sobre su espalda.Anita se desprendió de mi abrazo y consiguió soltarse las ataduras; me insultó, para luego encerrarse en el baño por un largo rato.Había cerrado mis ojos para relajarme; cuando sentí su suave cuerpo junto al mío. Comenzó besándome despacio el pecho hasta terminar lamiendo mi pija, que por supuesto enseguida estuvo lista para continuar la batalla.Pero esta vez mi sensual mujercita pasó una pierna sobre mi cintura y se fue deslizando suavemente hasta que su cálida y húmeda concha se empaló en mi verga bien endurecida.Mientras observaba a mi esposa balancearse buscando su propio orgasmo, me puse a pensar otra vez si todo esto era una calentura pasajera o se estaba convirtiendo en una terrible perversión que se nos iba definitivamente de las manos. 
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