1. La amorosa hija (Parte 7)


    Fecha: 16/08/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    Eran casi las 8 de la mañana. Para Anne era algo difícil contestarle a Estela conteniendo su molestia.
    
    “¡Hola sis, buenos días!”, dijo Anne, con cierta reserva en su tono de voz.
    
    “Ah sí, bien a gusto. Me voy despertando. Ya sabes… papi y sus ruidos me despertaron. Me dijo que habías llamado hace rato”, dijo Anne, quedando en silencio algunos segundos que aprovechó Tomás para levantarla con su pene, arrancándole y leve suspiro que tuvo que disimular con un bostezo.
    
    “Nosotros tampoco. Nos morimos de hambre. Papi ya está casi listo. Yo en menos de media hora. ¿Nos vemos en el buffet?”, continuó Anne, al tiempo que ponía su dedo índice en la boca de Tomás.
    
    “Si, bajen en unos 15 o 20 minutos. Papi llegará antes que yo. Los alcanzo. ¡chao!”, concluyó, al tiempo que se bajó a besar la boca de Tomás, dejando caer el auricular por un lado de ellos, al tiempo que él empezaba de nueva a levantarla rítmicamente, haciendo más fácil que sus bocas se unieran. Tomás tuvo la precaución de colgar el teléfono.
    
    “¿Habrán encontrado misa?”, preguntó Anne. Ambos se rieron del fanatismo de su hermana y su cuñado.
    
    “Papi, me tienes que dar más aprisa. Nos esperan a desayunar”, dijo Anne entre suspiros al estar alcanzando su clímax.
    
    Tomás aseguró a Anne de las caderas, haciendo él todo el movimiento, mientras ella gritaba de placer. En segundos, papi eyaculó haciéndola estremecerse al coincidir con su orgasmo.
    
    La premura le impidió su ritual posterior al acto. Anne se levantó ...
    ... y quitó el condón saturado del pene de su novio. Lo inspeccionó, y al ver que no tenía fugas, lo tiró al suelo y limpió perfectamente el embarrado tronco de papi con la boca, devorando los restos de semen del aún erecto miembro.
    
    “Mmmm…, necesitaba comer algo, aunque fueran semillas de hermanitos-hijitos-nietecitos”, dijo Anne. Ambos se carcajearon
    
    “Papi, tienes que saber algo”, dijo Anne. Tomás se puso serio, sintiéndose temeroso y culpable, y puso toda su atención, mientras continuaba vistiéndose.
    
    “Estela me dijo ayer que estaba segura que tú y yo traíamos algo”, comenzó.
    
    La expresión de Tomás cambió al escuchar las palabras de su hija.
    
    “Y… ¿Qué pasó?”, preguntó, con tono de preocupación con el rostro.
    
    “Tuvimos una discusión… fuerte, mientras tú y Mark estaban en la recepción del hotel”.
    
    “Ella alega que te ve muy bien y que yo me arreglo demasiado y muy provocativa cuando estoy contigo y que me maquillo de más”, continuó Anne. “No me lo dijo, pero prácticamente insinuó que parecía puta”.
    
    “Hija, tú sabes que jamás lo has parecido”, contestó don Tomás. “Eres muy elegante y bella y cuidas tu imagen tal como tu madre, eso es todo”.
    
    “¿Aunque tenga razón Estela?”, preguntó Anne.
    
    Tomás se sentó junto a ella, semi-desnuda. Los ojos de Anne se llenaron de lágrimas, mientras él la acariciaba y besaba en el húmedo pelo, esta vez como hija, no como su amante.
    
    “La confronté y hasta la insulté, pero nos reconciliamos y me pidió perdón”, dijo Anne ya más ...
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