Encontré un activo en las redes sociales - Relatos Eróticos

Encontré un activo en las redes sociales

He relatado algunas experiencias vividas de chavito y lstde de la adolescencia, en ellas he dicho la forma en que fui cojido y quienes. Siempre fueron mayores que yo.
Mucha veces maldigo al primero que me me desvirgó. Por su culpa resulté dándole mi culo a otros "amigos". También ellos se aprovecharon.
Es cierto, toda vez ocurre eso de dejar que le metan la verga a uno, al final y en contra de cualquier señalamiento, a uno le termina gustando sentirse lleno por una verga.
 Es difícil reconocerlo pero uno ha sentido lo que las mujeres sienten cuando están poseídas por el deseo de ser perforadas por u a suculenta verga repleta de leche. Sentir como esa trancar se va haciendo camino hasta chocar los huevos con las nalgas paradas.
Imagino que es lo mismo que siente una mujer cuando está deseosa de un macho entre sus piernas.
He sentido como se derrama la acabadura en mis piernas. He sentido el ardor que queda después de una buena cojida y se lo que es sangrar después de embestidas.

Siempre termino con la calentura y las ganas de sentirme mujer, siendo hombre.
Siempre me quedo con  las ganas. Co las ganas gigantes de sentir a alguien empujando su verga hasta el fondo, agarrarla y hacerle una paja o darle una mamada. He terminado haciendome una paja en secreto.
Algunas veces, en las redes sociales busco la forma de conectarme con alguien que me coja.
He dejado mensajes. A veces me responden, pero ya no respondo y termino bloqueando a esa persona que, seguramente ha ...

... querido complacerme. SIEMPRE me arrepiento.
Hace un par de meses. Dejé u. Saludo a un desconocido en el whassap. En seguida me respondió. Me preguntó sobre mis preferencias. Bueno, le conté que fui violado de niño y que andaba buscando a alguien a quien poder agarrarle la verga y que me quitara las ganas.
Me preguntó cómo era, que si tengo buen culo, que si con barba y vigote, etc.
Luego me pidió vernos en una video llamada. Inmediatamente nos vimos. Era joven de treinta y tantos.
Me dijo que yo era su tipo, que no me arrepentiría y que me I a a hacer feliz. Me ofreció pagar el motel.
Me gustás mucho me dijo. Además me pidió que me pudiera pantalón formal y me quitara la barba y me dejara el vigote. Acordamos el día, la hora y el lugar para encontrarnos. 
Todo iba bien.  Eso ocurrió una tarde noche. 
Yo le pregunté de qué tamaño tenía la verga, me dijo que era de dieciséis centímetros. 
Esa. Noche me acosté y mi cabeza imaginó cómo sería ese encuntro. Me preguntaba si me dejaría besar por aquel desconocido, si dejaría que en la primera cita me metiera la verga. 
Mi verga se mantenía parada y mojada. 
Quería y no quería. Así pasó toda la noche... Siempre surgía una nueva pregunta, pero la que más me espantó, fue imaginar que pudiera estar enfermo de sida. Entonces me asusté. Decidí no volver a responder sus mensajes y sus constantes llamadas de teléfono. 
Así terminó aquella nueva y frustrada ilusión de sentirme atravesado por un hombre que me quitara las ganas de ser ...