Anita luchando con su estrechez anal - Relatos Eróticos

Anita luchando con su estrechez anal

Esa tarde, mientras me preparaba para salir de mi oficina, Anita me llamó para pedirme que pasara por el sex shop local y comprara un dilatador anal de tamaño mediano.Desde hacía un tiempo, mi sensual esposa estaba sintiendo que su ano estaba muy estrecho para soportar el grosor de mi verga…Ya no quería sentir tanto dolor cuando la sodomizaba.Un par de semanas atrás, ella había invitado a su Jefe a cenar a casa y ese hijo de puta había terminado la velada cogiéndose a mi mujercita en mi presencia. Lo peor de todo, fue ver que le había pedido a Ana darle por el culo y ella había accedido, diciendo que trataría de soportar su pija por su estrecho orificio trasero…Tan pronto le metió apenas la punta dentro del culo, Anita comenzó a llorar y gritar de dolor. Pero enseguida cambió de parecer y le permitió a ese tipo que la dilatara con los dedos y después intentara hacerlo con más delicadeza…Entonces tuve que escuchar que su dolor inicial, pronto se convertía en gemidos de puro placer.Cuando su Jefe se fue de casa muy satisfecho, después de llenarle el culo con una generosa cantidad de semen, mi adorada esposa me permitió intentar a mí también; aprovechando la dilatación y la lubricación de ese ahora ya no tan estrecho ano.Pero fue imposible; apenas pude meterle la punta y ella gritó.Un par de días después, tuve que salir de la ciudad en un aburrido viaje de negocios y Anita se burló, diciendo que invitaría otra vez a cenar a su Jefe y le daría un buen postre…Me sentí celoso, ...

... pero sabía que no podía hacer nada para evitar que ese viejo asqueroso sodomizara a mi sensual mujercita en mi ausencia.Al regresar un par de días más tarde, Anita me juró que no le había entregado la cola otra vez a su Jefe. Sonrió diciéndome que esa misma noche lo había invitado nuevamente a cenar en casa; me aclaró que haríamos un trío; pero seguramente su Jefe le daría por el culo, aprovechando el tamaño de su verga, menor que la mía…Esa noche, después del café, los tres nos fuimos a la cama.Ana comenzó alternando entre ambas vergas, lamiendo y succionando como una verdadera perra hambrienta; haciéndolas crecer cada vez más. Entre suspiros, dijo que le encantaba el tamaño de su Jefe…Después Anita se colocó boca abajo en la cama, con su cabeza fuera del borde y siguió chupando ambas vergas erectas.El Jefe me preguntó si podía meterle un dedo en el culo a Ana…Mi esposa tenía la boca llena y no estaba en posición de quejarse. El tipo lubricó sus dedos con su propia saliva y sin ningún aviso hundió con facilidad dos de ellos en el apretado esfínter de Anita.Ella gruñó mientras seguía comiéndose mi verga. Después de unos instantes, ese viejo sonrió, mostrándome que estaba insertando ahora tres dedos en el culo de mi sensual mujercita.Después dijo que Ana ya estaba lista para recibir verga…Ella intentó protestar, pero su boca seguía llena con mi verga.Su Jefe trepó a la cama y empujó el cuerpo de mi esposa contra el colchón. Entonces escupió sobre su pija endurecida y abrió esas ...