1. Roger, mi esposa y yo


    Fecha: 10/08/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Por fin la había convencido, no saben cuánto me había costado, a nuestros 43 años por fin estábamos a punto de realizar nuestra eterna fantasía, Adela mi esposa, por fin tendría el placer de probar una segunda pinga en su vida, y yo el placer de verla comiéndose una pinga que no fuera la mía, con el agregado de que esta sería una mejor que la mía.
    
    Como mantener este acontecimiento en privado, sin que nadie jamás pudiera enterarse de tal suceso, solo podía ser de una forma, alguien que garantizará silencio absoluto y eterno, en nuestro pueblo solo había una persona indicada y este era Roger, un muchacho un tanto retardado en su desarrollo mental, hijo de padre de color y madre blanca, lo que de mente tenia retardado lo había ganado en la gran pinga que se manejaba, heredero talvez del padre de color o quizá por la costumbre que había en el desde niño de jugar a su modo con su sexo que todos en el pueblo vimos desarrollar dia dia porque debido a su condición no reparaba en nada cuando se trataba de andar con la pinga al aire por las calles, hoy a sus 18 años se había vuelto popular por los casi 20 cm que se manejaba entre las piernas, casi todos en la población se lo habíamos visto y estaba seguro que mas de una mujer deseaba esa pinga, sabia que Adela no era la excepción, en una oportunidad tuvimos el placer de hacer que nos lo mostrará solo a los dos. Desde años ella no aceptaba un trio porque parecía imposible encontrar alguien que guardara el secreto, ahora esas ...
    ... condiciones se daban con Roger aunque este era desaseado eso podía superarse, de tanto insistir la había convencido habiendo planeado con detenimiento buscar el sitio y momento adecuado esto por fin se dio asi.
    
    Las plantaciones de caña estaban a buena edad para hacer de estas un buen escondrijo y como siempre Roger rondaba cerca de esos lugares, hice la guardia esperando encontrarlo un día sin que nadie me viera llamarlo y meterlo dentro del cañaveral, por fin se dio, eran casi las 5.30 de la tarde, por fin lo tenia a mi disposición lo tome de la mano tratando de hacerle entender que me siguiera, Roger me miraba entre extrañado y asustado, en su idioma casi inentendible algo me iba diciendo hasta que sabiendo que ya estábamos lo bastante alejado en medio del cañaveral me senté casi obligándole a hacer lo mismo.
    
    Sin aun no has probado una concha, hoy lo vas hacer – le dije – hoy vas cacharte a mi mujer .
    
    Cachar, cacharr? – dijo – era la palabra que conocía y casi sabia pronunciar a la perfección.
    
    Si Roger hoy mi mujer va a tener el placer de comerse tu pingon . hablaba muy bajito por precaución aunque de sobre sabia que nadie nos encontraría,
    
    Marque el numero de celular de Adela y la llame
    
    Adela, todo bien, ya tengo a Roger conmigo, sentí su voz insegura cuando me respondió y pregunto por si alguien nos había podido ver, le aseguré que perdiera cuidado que todo había salido bien. Le describí el lugar e indique como llegar, no estaba tan lejos del pueblo, unos diez ...
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