1. Mi pervertidor - primera parte


    Fecha: 08/08/2018, Categorías: Transexuales Autor: Tranyarlethe, Fuente: SexoSinTabues

    Hola, siempre había querido platicar con alguien acerca de lo que me sucedió en mi adolescencia y aun no me animo a hablarlo con nadie, tal vez por pena o porque aún no tengo un confidente de ese grado. Por eso es que escogí este medio para relatarlo. Esto se remonta a mis escasos 14 años, en los que estudiaba la secundaria y fue cuando comencé mi vida sexual como chica tv. Vivíamos mi madre y yo en un multifamiliar bastante viejo ya. Ella trabajaba por las mañanas y llegaba ya al atardecer, casi noche. Yo llegaba de la secundaria y tenía casi toda la tarde libre a solas, en la intimidad que da la soledad y siempre con todas las ideas que rondan tu cabeza a esa edad. Comencé a vestirme poco a poco con la ropa de mama desde 1 año atrás. Usaba sus tangas, sus tacones, su ropa y su maquillaje. Tenía cosas bastantes sexys a pesar de parecer una señora muy recatada, fue toda una sorpresa encontrar todo eso dentro de su closet, digno de otro relato que si gustan puedo escribirles más adelante. En fin, era un verano bastante caluroso y en cuanto llegaba me metía a la regadera bajo el agua fría para calmar ese calor abrazador que me hacia sudar hasta el último rincón de mi menudito cuerpo. Después de eso siempre llegaba a mi mente pasear por la casa como una niña, así que corría al cuarto de mama para enfundarme en la más sexy lencería que encontraba, zapatillas, maquillaje y ropa muy elegante y atrevida a la vez, simulaba mis senos con globos y me paseaba por la casa escuchando el ...
    ... ruido de mis tacones, mirando películas para adultos e imaginando que era yo la chica de la escena obscena siendo poseída por aquellas descomunales herramientas masculinas. Estaba tan adentrada en mis fantasías que en una ocasión no escuche cuando tocaron a la puerta. Nadie nos visitaba así que pensé que si simplemente no hacía caso, quien quiera que fuera se marcharía en seguida, pero no fue así. Los golpes a la puerta eran más fuertes e insistentes cada minuto por lo que decidí acercarme y mirar por el ojillo. Era don Genaro. El vecino de la planta de abajo, un señor de unos 50 años o más, tipo trabajador rudo, gordo, calvo y grosero que vivía solo desde que tenía memoria. La mayoría del tiempo se le podía ver ebrio en la calle y gritando obscenidades a las chicas que pasaban, el típico macho maloliente y morboso que ninguna mujer quiere tener como marido. Me llamaba por mi nombre de niño pidiendo abrir la puerta alegando que traía el encargo de mi mama y que debía pasar a dejarlo. Ante eso me quede pensando que si le recibía las cosas tal vez se marcharía y me dejaría seguir con mis “actividades” de chica. Rápidamente me quite el vestido, las zapatillas y me quite la mayor parte del maquillaje que tenía. Abrí la puerta con una bata de baño puesta y debajo traía un cachetero de encaje. Le pedí las cosas pero aquel vegete insistía en pasar a la cocina, ya que traía una serie de refacciones para la tarja y tenía que tomar medidas para la reparación. Obviamente me negué, pero ...
«1234»